El colesterol es un desequilibrio común en nuestra cultura. En España más de la mitad de la población padece este problema, y muchas veces, ni siquiera lo sabemos. Lo que también desconocemos es que se trata de una alteración fácilmente regulable a través de una buena alimentación que contenga varios de los ingredientes que descubriréis en este artículo.
Qué es el colesterol
El colesterol es una grasa (lípido) que se forma en el hígado a partir de alimentos grasos y es necesario para el funcionamiento normal del organismo. Se encuentra en la capa exterior (membrana plasmática) de todas las células del organismo y se desplaza por la sangre mediante unas moléculas denominadas lipoproteínas.
Existen 3 tipos de lipoproteínas:
- Las lipoproteínas de baja densidad (LDL) cuya función es transportar el colesterol del hígado a las células. Estas se hacen llamar “colesterol malo” porque el exceso de acumulación puede producir enfermedades en las arterias.
- Las lipoproteínas de alta densidad (HDL) cuya función es llevar el colesterol de vuelta al hígado que se encargará de descomponerlo y eliminarlo como residuo corporal. Estas se hacen llamar “colesterol bueno” porque se encargan de prevenir que haya una acumulación excesiva.
- Los triglicéridos cuya función es almacenar energía también se forman en el hígado. Provienen principalmente de la alimentación ingerida.
Cómo mantener a raya el colesterol
Para mantener unos niveles adecuados de una sustancia en nuestro organismo, es indispensable que funcione correctamente, no sólo un órgano, sino todo un sistema bien engranado de órganos y funciones.
Con respecto al colesterol, tenemos implicado el sistema digestivo, especialmente la función hepática; el sistema endocrino y el sistema renal. Por lo tanto, el tipo de alimentación diaria debe estar dirigida a cuidar y mejorar las funciones de estos órganos. Y por supuesto, evitar al máximo los alimentos que producen distorsión o bloqueo en el buen funcionamiento de hígado, sistema circulatorio, y hormonal, así como de los riñones.
A continuación, os enseñamos 5 alimentos que debes incorporar a tu dieta para que se convierta en tu medicina:
Avena
Este extraordinario cereal, tan común y tan accesible, aporta infinitos beneficios para la salud humana. Es un nutritivo excelente y ayuda a la relajación del sistema nervioso. En su composición encontramos una fibra soluble en agua (betaglucano), que reduce la cantidad de colesterol LDL que circula por la sangre. Con tomar 3 gramos al dia de avena es suficiente para cumplir con este objetivo. Y si queremos incrementar el resultado podemos incluirlo en un bol mezclado con algunas frutas ricas en fibra como el plátano, la manzana o la pera.
Alcachofa
Esta hortaliza que encontramos especialmente en invierno, es una gran aliada de cualquier dieta saludable por la cantidad de beneficios que aporta a nuestra salud. Su efecto sobre el nivel de azúcar en sangre y el colesterol, proviene de su aporte de inulina, un polisacárido que se metaboliza en el organismo y que crea unidades de fructosa en lugar de glucosa. Además, evita la formación de colesterol en el hígado y facilita su eliminación a través de la bilis.
Para hacer de ella un remedio natural, prepara con unas cuantas hojas una decocción y bebe el caldo resultante con un buen chorrito de limón de una a tres veces al día.
Alpiste
Esta semilla es bien conocida como alimento para los pájaros, pero se desconocen sus propiedades para la salud humana. El alpiste es rico en fibra y en ácidos grasos monoinsaturados (Omega 9) y poliinsaturados (Omega 6) que ayudan a frenar la absorción de las grasas.
Si cueces una cucharada sopera de estas semillitas en un vaso de agua, lo trituras y lo tomas dos veces al día notarás una gran ayuda en el equilibrio de tu colesterol.
Zumos naturales
Varios tipos de frutas como la piña, la granada, la uva o incluso la manzana contienen gran cantidad de antioxidantes y un buen número de propiedades que ayudan a reducir el colesterol LDL. Es por esto que se recomienda añadir estos zumos de frutas hechos en casa a una dieta que quiere cuidar y mantener el colesterol en sus niveles óptimos.
Ácidos grasos Omega 3
En realidad este tipo de ácidos no afectan directamente al colesterol LDL, pero beneficia directamente a este problema porque reduce los triglicéridos, así como la presión arterial, y por tanto, evita la producción de coágulos en la sangre.
Este componente lo podemos encontrar en alimentos como el pescado, pero también en semillas como las de chía o las de lino y en frutos secos como las nueces y las almendras.