Dermatitis y otros síntomas de la piel
La piel es el órgano más grande de nuestro cuerpo. Su función es protegernos y nutrirnos. Podríamos decir que es una especie de filtro que separa el exterior del interior y a través de ella entran en nuestro organismo tanto nutrientes como toxicidad.
Las alteraciones que surgen en la piel pueden ser muy variadas: granitos, eccemas, psoriasis, inflamación, rojez, picazón, erupción, sequedad, acné, etc. Pero no siempre las causas de estos desequilibrios son las mismas. Cualquiera de ellas puede surgir por una reacción alérgica, por alguna toxina en sangre, por un desajuste hormonal o incluso un estrés emocional.
Para un buen tratamiento curativo de este tipo de problemas cutáneos es imprescindible conocer la causa que lo ha provocado de manera que apliquemos los remedios adecuados para sanar la raíz del problema y no aplicar un tratamiento supresivo que provocará una afección más grave en el futuro.
Para acompañar ese tipo de tratamientos, podemos aplicar remedios naturales que alivien los síntomas ligeramente sin llegar a reprimir el organismo en su necesidad de expresarse.
Aloe Vera o Sábila
El Aloe Vera es un milagro de la naturaleza por la cantidad de beneficios que puede proporcionar en la salud humana. Una de sus mayores virtudes es respecto al tratamiento de la piel. Tiene acción calmante en casos de pruritos y picores. Su poder antiséptico y antiinflamatorio lo convierten en un buen remedio para el acné. Su acción regeneradora es efectiva en casos de quemaduras, cicatrices e incluso arrugas. Es una planta muy beneficiosa en casos de dermatitis.
Tomillo
El tomillo es una planta mediterránea que podemos encontrar fácilmente en nuestros montes y en nuestros herbolarios e incluso en las especias más comunes que usamos en nuestra cocina. A menudo estas plantas tienen propiedades que desconocemos. En este caso el tomillo es antiséptico y puede ser aplicado a nivel tópico para desinfectar erupciones o infecciones que puedan aparecer en nuestra piel.
Podemos preparar una solución de dos maneras diferentes. Para dermatitis o erupciones, podemos hacer una infusión de la planta del tomillo. Para llagas o pústulas podemos usar aceite esencial de tomillo diluido en agua.
Avena
La avena es un cereal magnífico. Sus propiedades se hicieron famosas y pasó a ser un ingrediente natural en las fórmulas de muchos jabones, champús y lociones corporales gracias a la extrema nutrición que aporta a la piel. Además, tiene una acción sobre el sistema nervioso y calma en profundidad.
En caso de dermatitis, o cualquier tipo de picor y sequedad, puedes hervir media taza de avena en un litro de agua y dejar enfriar. Luego, empapar una compresa con el líquido resultante y aplicarlo sobre la zona afectada. Otra opción muy placentera es disfrutar de un baño de avena, agregando en el agua tibia de la bañera una taza de avena bien molida.
Aceite de borraja
La borraja es una planta más desconocida pero con muchísimas propiedades. El aceite extraído es adecuado tanto para niños como adultos que sufren de piel atópica o hipersensible. Sus semillas son ricas en ácido gamma- linolénico (GLA), una sustancia que reduce la inflamación en trastornos de la piel.
Normalmente encontramos este aceite en perlas y se recomienda tomar internamente. Para hacerlo de forma adecuada consulte siempre con un especialista.
Cúrcuma
La cúrcuma es una raíz cada vez más conocida en occidente. Tiene propiedades antiinflamatorias y ayuda al hígado a depurar todas aquellas sustancias que alteran la piel. Es adecuada en caso de eczemas o dermatitis, e incluso en trastornos más serios como la psoriasis.
Puede ser aplicada a nivel externo pero también tomada a nivel interno.
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